
Horas después de haber comenzado la ingesta, no dudaron en agotaron el stock de las bebidas más fuertes y se rindieron ante los tragos de dudosa masculinidad pedidos especialmente por el dr.
Anonadados por tal ingesta, no tardo en acércaseles un representante del libro de guinness, con la intención de documentar el evento.
Mariano, enojado y a punto de boxear al examinador, exclamó: “che, este pelotudo trabaja en guinness, podría ser piola y traer más cerveza“. A lo que un amigo le respondió: “no boludo, labura en la otra guinness, la que controla los récords.
Ese es Mariano, el mismo que hizo perder el campeonato a fines del 2000, como consecuencia de su escapada a Esperanto previo a la última fecha.
Hoy el mediático doctor de la ley sigue concurriendo “al templo de las botineras”, luciendo sus impecables trajes del Emporio Armani.
Por eso es normal que los días del partido se haga expulsar o pida el cambio, es que el estacionamiento de Esperanto se llena temprano!!!
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