viernes, 8 de julio de 2011

Los pibes son locos o comen vidrio??

A TCP® le empataron (4-4) en el último minuto el amistoso contra el equipo “los irrespetuosos no alumnos del negro”, con aceptable desempeño en la preparación para la promo.

Por un viejo resentido.
Yo adhiero a una idea: así como la infancia muestra cómo es la familia, la adolescencia muestra cómo es la sociedad, cómo es su entramado y cómo funciona. La comunidad Tecepiana está altamente sensibilizada luego del amistoso de anoche. Imaginen Uds. el dolor y el estupor que paralizaron a la totalidad de los jugadores naranjas cuando un grupito de borregos imprudentes pretendió humillarlos prepotentemente en el amistoso (des)organizado por el Monje Negro en el predio “el Gaby”, nueva sede de entrenamiento y concentración tecepiana. Y si, como era de suponerse, la falta de respeto abierta y manifiesta despertó los fantasmas internos de los trescuartenses y generó en la misma gente responsable de la (mala) educación de estos pendejos consentidos y descorteses una preocupación levemente justificada. Gracias a dios nada paso a mayores.
Entendemos que en la adolescencia no se da el valor a la vida que se da en otras edades. Y también se hace necesario mirar en cada caso particular si hubo violencia doméstica, si hubo maltrato, abuso sexual, abusos de sustancias tóxicas, abandono, acosos en el colegio mismo, presiones de distinta naturaleza, inmanejables para ellos, como ser hincha del loBo u otras torturas morales similares. La conjunción de algunos de esos factores y otros que no estamos mencionando puede dar explicación a ciertas cuestiones que se reflejaron en el partido de anoche (Recuérdese el grito del Cholo: “Déjalo, pobrecito, es la camiseta…”), y que desataron las asperezas propias de cualquier partido caliente. Entendemos que el sentimiento de debilidad como sujeto activo para enfrentar un sistema social que les es injusto, sumado a la amenaza de no encontrar el reconocimiento del otro social, puede retornar generando un modo de respuesta fallida, la agresión contra otros, conductas violentas, o reacciones autodestructivas, fugas de hogar, trastornos de alimentación, suicidios, manifestaciones depresivas, todas respuestas de quienes frente a la incertidumbre sobre el futuro y el dolor de la frustración prefirieron renunciar a la pelea, tal vez porque en el futuro cercano se ven muertos o paralíticos. Por otro lado, existe una certidumbre manifiesta: si pretenden jugar de nuevo con TCP® de la misma manera que anoche, sin duda lo estarán.

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